El legado de la Libertadores

El calendario fue a contramano de San Lorenzo, que hizo una pretemporada para cuatro partidos, tal como quería el clamor popular. Ahora, el campeón de América, defiende el prestigio con un equipo que no es el mismo. Cansancio físico y mental.

legado

legado

Edgardo Bauza asumió el 5 de enero en San Lorenzo. Tomó al entonces último campeón del fútbol argentino. El Patón elogió al equipo, pero resaltó que había que corregir algunas cosas. Hizo hincapié en el "equilibrio", ítem central en su estructura de juego.

El 7 de febrero ya tuvo que comenzar a jugar por los puntos, a pesar del poco tiempo de trabajo que tuvo en la pretemporada, en un calendario híper ajustado por el Mundial de Brasil. Cada días 10, San Lorenzo jugó tres veces entre el torneo local y la Copa Libertadores hasta los primeros días de mayo.

A pesar de contar con un gran plantel, tardó en encontrar el equipo y los resultados, que recién se lograron en el cierre de la fase de Grupos de la Libertadores. En el Torneo Final empezó a alternar jugadores y las consecuencias fueron negativas. San Lorenzo terminó en el puesto 11 con 27 unidades, pero en la Copa el Ciclón, con una base firme, sabía cómo y a qué jugaba, llegando hasta las Semifinales.

El Mundial lo paró futbolísticamente durante más de 70 días, y desde el 19 de junio comenzó una pretemporada donde todos trabajaron por un objetivo: la Copa Libertadores. Cuerpo técnico, jugadores y directivos, apañados y empujados por el clamor popular, trabajaron para el máximo sueño.

El mercado de pases, inclusive, estuvo fijado en la Copa. Mientras Alejandro Sabella hacía ruido con Argentina, en San Lorenzo se hablaba de apurar el regreso de Carlos Valdés, renovar el contrato de Néstor Ortigoza, estirar lo más posible la estadía de Ignacio Piatti y que Leandro Romagnoli rompa su vínculo con Bahía.

Nadie (un nadie que somos todos) miró más allá de esto. Si se hablaba de este actual torneo, era por la curiosidad de considerarse de "transición" y que sirva de soporte para un bochornoso campeonato de 30 equipos en 2015. El mundo azulgrana hablaba de la Copa Libertadores, Bolívar y su cuestión de Estado con Evo Morales a la cabeza, la altura de La Paz y también del Real Madrid.

Mientras tanto, otros 19 equipos se prepararon para 19 fechas. Y esto hoy se nota. San Lorenzo ganó la Copa tras cuatro partidos durísimos, que agotaron al equipo luego de una ardua pretemporada para cumplir este objetivo. Los cuatro encuentros le valieron física y mentalmente como veinte juegos al elenco de Edgardo Bauza. De hecho, hoy se ve con algunos lesionados importantes, como Pablo Barrientos, Gonzalo Verón y Mauro Matos. Encima, ahora, los rivales están frescos, rápidos y muestran un lógico -pero no justificado- agotamiento de los nuestros.

Pero también hay otro detalle. Está bien decir que San Lorenzo es el campeón de América. Actualmente, por calendario, lo seguirá siendo hasta mediados del año próximo, pero el equipo actual nada tiene que ver con el que conquistó el continente. Carlos Valdes, Santiago Gentiletti, Ignacio Piatti y Ángel Correa, decisivos, ya no están. Además, aunque esté, Leandro Romagnoli, de gran nivel en los últimos 4 partidos de Copa, no pudo jugar en el vigente certamen local.

Para el actual certamen, en pos de reemplazar a los anteriormente mencionados, llegó el Pitu Barrientos, que aún no entró en sintonía. También Leo Franco, para ser suplente como el que era el más suplente, Cristian Álvarez. Y finalmente, Alejandro Barbaro, libre en All Boys. El mercado de pases, provocó un desequilibrio, que se acentúo más en la zaga central. 

Todo esto puede fundamentar el porqué San Lorenzo no comenzó bien el Torneo 2014. La obsesión de la Copa Libertadores enloqueció tanto a la familia sanlorencista, que prácticamente se olvidó que había vida después del trofeo más codiciado. Ahora, de golpe, baja a la realidad y sabe que los festejos son limitados y las obligaciones continúan sin dar respiro, y te pasan factura en la alta competencia.

También podrá evaluarse cómo juega el equipo. Cuál es su identidad futbolística. Si gusta o no, o si Bauza es técnico para la Copa pero no para el torneo local. Los números dan motivo para este análisis, pero bien vale para otro artículo. Primero, consideramos, que por las circunstancias de este inédito 2014, la situación merecía una aclaración como esta contextualización.

Román Perroni

@romanperroni

Comentarios
-