La vuelta la banca la gente

MA recibió alrededor de 300 mails tras el artículo que difundía la propuesta de comprar Carrefour. Los cuervos, ilusionados, respondieron satisfactoriamente a una causa que muchos pregonan y pocos desestiman. Con sanlorencismo, la vuelta puede acelerarse.

BUENOS AIRES- “[i]Hay que comprar Carrefour[/i]”, nos dijo hace unas semanas en Mundo Azulgrana Radio Adolfo Res, historiador de San Lorenzo y abanderado de la vuelta a avenida La Plata. Su mensaje sonó fuerte, abriendo las puertas de los esperanzados y golpeando las de aquellos que prefieren el encierro eterno, conformándose con el techo bajo y un futuro al que se le desconoce el piso. La frase, firme como contundente, esperanzó a quienes pretenden un porvenir que se basa en la proyección de una institución modelo, contra aquellos que solamente, para salir del paso y quedar bien frente a los medios de comunicación y voceros que ellos mismos disponen, apelan a la nostalgia del pasado, valiosa y gloriosa también, pero que no es la única generadora de expectativas para los que tienen visión y desean transformar a San Lorenzo en el club más importante del país. El presidente Rafael Savino, en Fox Sports, habló de la vuelta como algo para concretar “más adelante”, desligándose de una causa que desprecia profundamente. En San Lorenzo, mirar al pasado es también mirar al futuro, porque el presente, más allá de los éxitos futbolísticos de los últimos quince años, ha vaciado los rincones sociales y culturales, casualmente los que más necesita nuestra actual sociedad. En esta época, en la que nos conectamos más de lo que nos encontramos, San Lorenzo fue el que más pertenencia y espacio social ha perdido, poniendo a la mayoría a disposición de los menos que, justamente, son los que dominan y enfrían por sus canales alquilados, un tema que por pasado, presente y futuro, debe ser cuestión de Estado en el club de Boedo. Luego del artículo que Res difundió, con la sana aventura de adquirir el hipermecardo que ocupa el espacio que engrandeció al Ciclón, las voluntades de los cuervos, esos que conocen de hazañas y proezas inigualables, fueron notorias y satisfactorias. Casi trescientos correos electrónicos llegaron de cualquier rincón del planeta hasta Mundo Azulgrana, con la intención de colaborar con doscientos pesos (algunos dispuestos a más) que, hipotéticamente, sugirió el autor de “[i]Volver a avenida La Plata[/i]” para comprar todo el predio que hoy tiene la empresa francesa. La matemática, tan bien interpretada en televisión por el periodista Adrián Paenza, da resultados, aproximados, de cómo San Lorenzo podría recaudar una importante suma de dinero gracias a esa voluntad que la gente expone ante un tema muy instalado en el andar diario de la mayoría, excepto, de aquellos pocos. Se dice que el Ciclón tiene unos cuatro millones de hinchas. Si el veinte por ciento de ese total de simpatizantes (800.000 personas) contribuye por única vez con doscientos pesos, el club embolsaría la suma de 160 millones de pesos, al cambio de hoy, algo más de 47 millones de dólares. El cálculo es frío y simple, aunque falte aceitar mecanismos orgánicos para contemplar eficientemente esta inédita propuesta. Si la voluntad es alentada desde todos los sectores del club, San Lorenzo tendrá un pie en avenida La Plata. Solicitadas en los diarios más importantes, fogoneo constante en los programas más vistos de la televisión como la difusión gratuita de aquellas estrellas que lucen los colores azulgranas por el mundo, son algunas de las estrategias mediáticas para definitivamente comprender que el retorno es una cuestión que le dará a la institución un empuje consagratorio a sus aspiraciones deportivas, sociales, culturales y, por último, económicas. San Lorenzo no nació empresa. No es un ente recaudador que busca el lucro y la recolección de divisas, sino una entidad civil que presta un servicio a la comunidad. Por ahora, creemos, San Lorenzo es una sociedad, y no una sociedad anónima. Las consultas más comunes de los interesados en colaborar con esta causa, eran acerca de la disponibilidad de Carrefour para vender el predio. Nadie sabe si el polirrubro venderá el terreno en cuestión y si esto está en sus planes. Además, hay que sumarle el valor del fondo de comercio, otros gastos administrativos y la futura construcción de un estadio acorde a las reglamentaciones que exige la FIFA, entidad que rige los destinos del fútbol mundial, entre ellos, el de la Asociación del Fútbol Argentino. Una vez, un amigo comentó: “[i]Bendito sea que en avenida La Plata al 1700 haya un emprendimiento comercial que, como compró, puede vender de acuerdo a las reglas de mercado. Si ahí se hubiese instalado un barrio, calles o una autopista, difícilmente se podría estar hablando de una vuelta a Boedo[/i]”. Las puertas de la vuelta, están abiertas. Por favor, piden muchos, que a nadie se le ocurra cajonear las llaves que abran la santa ilusión. Curiosamente, los más jóvenes que no vieron a San Lorenzo en su hábitat natural, se ilusionan con el regreso, y se suman al canto “[i]¡la vuelta la banca la gente![/i]”, como una fiel expresión a esa mística azulgrana que ha sido capaz de festejar ante el desprecio y la humillación, oponerse a una privatización o lograr que su equipo no juegue a solas, sin la música que baja de las tribunas. La hinchada de San Lorenzo está en condiciones de aceptar un desafío de esta índole; sólo debe esperar que un grupo sano, bien intencionado y que tenga la ambición de una institución enorme, se decida a conquistar el gran sueño de muchos y pesadilla de pocos. “[i]El Gasómetro[/i]”, la red social de Mundo Azulgrana, tiene 117 grupos creados hasta la fecha. El que más miembros tiene es “[i]Vamos a volver a Boedo[/i]”. Ahora, luego del artículo de Res, se creo otro espacio que está teniendo repercusión y los adeptos se van multiplicando minuto a minuto: “[i]Los hinchas vamos a comprar Carrefour[/i]”. Por su parte, en Facebook, la red con más usuarios del planeta, el grupo “[i]Yo quiero que San Lorenzo vuelva a avenida La Plata[/i]” desborda de fanáticos: más de 1.100 suscriptos. “No me voy a morir sin ver al Ciclón en Boedo”, asegura Daniel en el grupo. “Ya volvió el espíritu a la avenida, ahora falta nada más que el cemento”, afirmó Gastón en este muro, mientras que Julieta destacó: “Este es mi sueño y el de muchos más; ésta es mi casa donde quiero estar...”. Ante este fervor, Mundo Azulgrana realizó una encuesta en su portada principal: “[i]¿Pagarías una cuota única de 200 pesos para comprar Carrefour?[/i]", fue la consigna. La respuesta, unificada en 3320 votantes, fue tremenda: el Sí se llevó el 82 por ciento, mientras que el 18 restante se repartió de igual manera entre indecisos y negativos. Las dudas son pocas, las certezas muchas. La alternativa de comprar el terreno que actualmente lleva el alma de San Lorenzo pero el cuerpo de un extraño sin arraigo, manifiesta el único interés de poner al club en una escala superior a la de los últimos 30 años, que en su faz social, deportiva y cultural fue decayendo, degradando a su economía, esa que dicen defender y cuidar, pero que ha sido vulnerada en tiempos donde, supuestamente, los ingresos por la televisión, sponsors, venta de futbolistas, entre otras gestiones, han arrojado cifras con una cantidad de dígitos jamás vista, y de todos los colores. Sin embargo, los números terminan siendo rojos. Y con este modelo de club, donde las ganancias se privatizan y las pérdidas se sociabilizan, el futuro será una verdadera incógnita. Días pasados, en la edición del miércoles de “La semana de San Lorenzo”, el tesorero Claudio Di Meglio fue uno de los pocos dirigentes que reconoció que el club baila al compás de Boedo. “Todos sabemos lo que significa avenida La Plata para San Lorenzo; es nuestro lugar”, aseguró. Luego, reflejó algunos datos contundentes acerca de esta primera referencia que brindó: “En los informes que hace Secretaría sobre las inscripciones de socios, el 70 por ciento se inscribe en avenida La Plata, en segundo lugar en Avenida De Mayo y por último en la Ciudad Deportiva”. Sin dudarlo, Di Meglio afirmó que la actual sede de avenida La Plata, necesitada de una mayor amplitud por la gran cantidad de gente que la concurre, es la única que genera superávit con el balance que se realiza mensualmente entre ingresos y egresos. “San Lorenzo recaudaría más en avenida La Plata, pero la realidad marca que el estadio está en avenida Cruz y Varela”, dijo con tono de resignación, asegurando, también, que al club actualmente le ingresa “lo mismo de cuotas sociales que de la televisión”. Afortunadamente, para esta noble causa, San Lorenzo cuenta con un patrimonio magnífico, su gente, que sin sentarse en la mesa de decisiones confusas, recuperó 4.501 metros cuadrados en la llamada “Tierra Santa” y ahora colabora con la compra de la propiedad de José Mármol 1691. ¿En qué estado estaría la causa si los pocos que deciden por muchos se sumarían a la propuesta que los muchos avalan y los pocos desestiman? Estos muchos voluntarios, como quienes luchan hace tiempo por el regreso, pueden ser tildados de locos, chiflados, tal como se los caratuló al ingeniero Pascual Pelazzo y José María Zaballa Carbó, ideólogos de la avenida General Paz a fines de los 30 y principios de los 40, cuando la circulación de automóviles era tan escasa como nula. La voluntad para volver a avenida La Plata se acrecienta con el correr del tiempo y la apatía de los pocos que buscan el padrón chico, manejable al antojo de un acto electoral, donde sólo se debate la continuidad o no de Ramón Díaz o las posibles contrataciones de Caniggia y Almeyda. Pronto, por voluntad de muchos, la vuelta a avenida La Plata será una cuestión central. En ese momento, los muchos sabrán quiénes son los que quieren al Ciclón de Boedo o a la brisa de Pomeya. Nota: Román Perroni roman@mundoazulgrana.com.ar Notas Relacionadas: [url=http://www.mundoazulgrana.com.ar/contenidos/noticias/vernoticia.php?id=2864]SIN BANDERA

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