Lo que dejó una noche de furia

Tras todo lo que se habló en la previa del partido entre dos equipos necesitados, pareciera que le dio resultados a los de Colón la insólita medida de quitar la Virgen de Guadalupe de un sector del estadio. Claro, vaya pensamiento poco inteligente y vacío de raciocinio... Ariel Garcé fue el futbolista señalado, con una bandera, encargado de instigar a esta medida.
 
Colón cortó una serie de 4 jornadas sin sumar de a tres en el Brigadier Estanislao López, con un empate y 3 derrotas como antecedente inmediato, caída en el clásico santafesiono incluída, que generó un malestar interno incuestionable. Antes del juego ante el Ciclón, las paredes hablaban en campo del Negro y decían que si perdía "había quilombo"...
 
Sin embargo, la mala racha ahora se apoderó de este San Lorenzo del Turco Asad, que perdió su invicto de visitante y cosechó su segundo traspié en fila, tras aquel 0-1 de la fecha pasada ante Belgrano.
 
A nivel futbolístico se podrá decir que Leandro Romagnoli no cambia la ecuación cuando ingresa, que no es más el Pipi de antaño; que el arquero Pablo Migliore contagia inseguridad; que el peruano Giancarlo Carmona no estuvo a la altura de las circunstancias en su retorno como titular; que casualmente desde que Cristian Tula volvió a jugar empezó el declive; que Jonathan Bottinelli perdió solvencia marcando la punta izquierda; que Nicolás Bianchi Arce jugó nervioso; que Gabriel Méndez no gravitó; y que la prematura lesión de Néstor Ortigoza indudablemente perjudicó, más allá de que el internacional de la Selección Paraguaya no venía de buenos partidos, luego del 3-1 ante Argentinos donde sí brilló.
 
San Lorenzo está en camino de volver a aquella senda victoriosa, pero debe recuperarse rápido, urgente, el sábado ante el sorprendente Atlético de Rafaela, en un Pedro Bidegain, que se tornó accesible para los que lo visitan últimamente, pese al deseo de Omar Asad de ser invencibles en casa.
 
Silencio stampa:
 
El mentiroso 1-3 golpeó duro. Las caras de la cúpula dirigencial presente lo decían todo tras esta caída. Es que había un moderado optimismo en las horas previas y este nuevo cachetazo sonó como a un mazazo. Carlos Abdo, junto a  su señora esposa y su hijo Federico, el intendente Luis Gosso, el sub intendente Sergio Constantino y el vocal Ribas denotaban en su retirada un fastidio indisimulable.
 
Números que no cierran:
 
Colón vendió solamente 1.100 entradas generales y San Lorenzo 2.100. En su tribuna de atrás de uno de los arcos, el Sabalero tenía 10.000 hinchas, pero adujeron que casi 9.000 eran socios, aunque no supieron precisar de cuánto era el abono... La recaudación del cotejo fue de 135.900 pesos y al Ciclón le quedaron apenas 25.428. Los gastos del Hotel Holiday Inn fueron de 18.000 pesos (para 35 personas, incluyendo 4 comidas).
 
Quejas Cuervas:
 
Si bien la cancha de Colón fue reformada para la Copa América, los hinchas del Ciclón se quejaron porque desde la popular visitante no se veía el arco de enfrente. Además, el miedo a ocupar un transitorio puesto en la zona de Promoción era el comentario obligado en todos los simpatizantes (por ello se hablaba que no tendrían que ganar Belgrano y San Martín de San Juan), más allá de las recurrentes críticas al arquero Migliore (muchos pidieron a Nereo Champagne) y también enojos con la decisión del DT de correr a Botti al lateral.
 
 
Encono especial:
 
La gente de Colón se la pasó cantando en contra de San Lorenzo, porque adujeron que "son amigos del Tate (Unión)...". Y con un resentimiento típico del odio hacia los porteños dedicaron "el que no salta se va a la B", que no hizo mella en La Gloriosa, que cuando quiso hizo tapar a los hinchas Sabaleros.