Prueba superada

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Prueba superada

San Lorenzo cumplió el objetivo: superó 1 a 0 a Gremio que venía invicto y no recibió goles en su cancha. Ángel Correa fue el autor del gol en un partido que tuvo a Juan Mercier como figura. En 7 días, la revancha en Porto Alegre.

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Había que ganar. Se ganó. En lo futbolístico claro que no fue el mejor partido de San Lorenzo, pero el Ciclón cumplió. Cantó victoria como local y sin recibir goles, algo muy importante en caso de igualar en la definición. Tampoco es un dato mejor que le quitó el invicto en la Copa Libertadores a Gremio de Porto Alegre, equipo que terminó como el mejor segundo de la fase de grupos. 

 

¿Y por qué ganó San Lorenzo? La línea de cuatro, sobre todo la zaga central, tuvo una noche destacada y no tuvo sobre saltos con los puntas Dudú y Barcos, muy complicados por cierto. El equipo encontró en Juan Mercier y Néstor Ortigoza un gran nivel. El primero para recuperar, y el segundo para jugar.

 

En la primera parte, cuando el Ciclón mostró dificultades para generar situaciones peligrosas, se destacó la labor del árbitro, Enrique Osses, quien fue insultado por los cuervos por varias jugadas dudosas, que siempre terminaban a favor de la visita.

 

Pero más allá del pito, había un partido de fútbol y el elenco de Edgardo Bauza debía mejorar. Pisar más el área y tratar de que Mauro Matos pueda tener alguna situación clara, ya que la única que tuvo en los primeros 45 minutos fue un disparo desde afuera del área que terminó alto y lejos.

 

Con una picardía de Mercier, quien sacó rápido un lateral para Héctor Villalba, llegó el gol. Es que Tito, avivado de la ventaja que le dio el Pichi, lanzó un buscapié que fue a parar a los pies de Matos. Éste, habilitó a Correa, quien de frente al arco, venció al buen arquero de Marcelo.

 

El 1 a 0 transmitió tranquilidad, y preocupó a los brasileros, que empezaron a salir más desde su campo. Inclusive, tuvieron algunas situaciones claras, como un tiro libre casi en el área chica, tras una polémica jugada que Osses interpretó un pase atrás de Buffarini para el arquero Torrico, quien tomó el balón. Afortunadamente, luego de varias reiteraciones, el remate final se fue desviado.

 

Viendo la arremetida portoalegrense, Bauza metió un cambio arriesgado. Sacó a Ignacio Piatti, de flojo partido, por un defensor. Walter Kannemann se metió como tercer central y ayudó a que Emmanuel Mas controle las subidas de Zé Roberto.

 

El Patón luego le dio rodaje a Juan Cavallaro y Fernando Elizari (por Villalba y Correa, respectivamente), y ambos entraron bien y cumplieron. Incluso el ex Unión casi convierte un disparo que terminó en el techo del arco.

 

San Lorenzo, sufriendo como históricamente ocurre, ganó la primera final, a pesar de que el partido haya correspondido a la ida de los Octavos. Ahora tendrá que, dentro de siete días, defender el resultado durante noventa minutos en Porto Alegre. Misión complicada, pero no imposible. En absoluto.