Del fútbol al básquet por una bicicleta

El base del equipo de San Lorenzo, Nicolas Aguirre, expresó que de chico practicaba fútbol y básquet, pero terminó inclinándose por el baloncesto tras un problema con su bicicleta.

El Penka Aguirre disfrutando de este presente con San Lorenzo.

El Penka Aguirre disfrutando de este presente con San Lorenzo.

"Mi mamá jugaba al básquet y mi papá al fútbol y también al básquet. Entonces con mis hermanos íbamos a practicar los dos deportes. El club en donde jugábamos al fútbol (Estudiantes de Huaico Hondo) me quedaba a ocho cuadras, por eso iba en bicicleta. Un día se me pinchó una de las gomas de la bicicleta y de vago, por no caminar ocho cuadras, decidí no ir más al fútbol. Y en el básquet, aunque no me quedaba cerca, tenía un compañero al que lo llevaban los padres, por eso me enganchaba en el auto. Incluso, muchos dicen que cuando era chico jugaba mejor al fútbol que al básquet. Pero bueno, por ser un adolescente que no sabía bien qué quería es que dejé el fútbol y me dediqué a jugar al básquetbol". Aseguró Aguirre a canchallena.com.ar

Nicolás Aguirre, o Penka, apodo que se ganó por cómo le crecía el cabello, que era similar a las púas de un cactus, tiene una forma atrapante de contar su vida. La tonada de su Santiago del Estero natal lo convierte en un personaje diferente. Aguirre dio un vuelco su carrera. A pesar de que esa trayectoria le había permitido jugar en Quilmes (2007) y en Boca (08/09 y 09/10), cuando comenzó la temporada 2013/2014 estaba sin equipo y se entrenó en doble y hasta en triple turno en los clubes que lo vieron nacer en el básquetbol: Independiente y Newbery. Pudo sobreponerse a los momentos más complejos y Sionista le dio una oportunidad de volver al ruedo. 

Nunca se olvidó de sus orígenes, y su mamá María y su papá Gustavo le ofrecieron una cantidad de valores que lo marcaron. Por eso, cuando tenía 21 años (hoy tiene 27) y jugaba en Boca llamó a sus padres para consultarles cómo podía ayudarlos; ellos le contestaron que la mejor forma era pensar en sus hermanos (Matías, Daniela, Ignacio y Mariano). La determinación fue directa: les puso un autoservicio que ya no está en funcionamiento, pero que hasta unos años atendió Matías, de 31 años, el mayor de los Aguirre.

Sobre todo lo que paso para llegar a ser el base de San Lorenzo expresó: "No podía imaginarme todo esto. Pensé muchas veces en cómo se dieron las cosas y todo lo que viví es increíble. Más allá de que con el tiempo pasé cosas buenas y malas, de todas siempre aprendí. El año pasado fue uno de los mejores de mi carrera. Y hoy, estar viviendo la experiencia de San Lorenzo me parece increíble".

Finalmente habló respecto a la presión de ser candidatos con el ciclón esta temporada y lo que significa tener de técnico a Julio Lamas: "No podemos dejarnos llevar por lo que digan los de afuera, porque un equipo se tiene que construir. Debemos comprender muy bien cómo quiere el técnico que juguemos tanto en defensa como en ataque. Además, conocer las capacidades de cada uno, generar una química y convertirnos en un equipo. Ésa es la tarea más compleja. Podemos estar bien como ahora, pero también podemos tener una racha de no ganar y ahí hay que ser sólidos. Julio me dio toda la confianza y aprendo de él todo el tiempo. Cada entrenador tiene su estilo y por eso es importante saber escuchar. En mi puesto es determinante tratar de descubrir cómo piensa el entrenador, porque eso te permite ayudar a tu equipo".

Fuente: canchallena.com.ar

Martín Nosenzo

@martin_nosenzo

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