Qué tiempos aquellos, Miguel

Russo comenzó a jugar en San Lorenzo y fue campeón infantil de un torneo internacional. “De Villa Diamante llegaba hasta Puente Alsina, agarraba avenida La Plata e iba caminando hasta el Gasómetro”, contó entre varios recuerdos de su infancia azulgrana.

BUENOS AIRES- La Copa de Invierno, primer trofeo futbolístico en el año Centenario, no es el único título de Miguel Ángel Russo en San Lorenzo. En enero de 1970, con 12 años de edad, el actual técnico del Ciclón formó parte de la Novena que se consagró campeona del Torneo Argentino Infantil que organizó la firma Coca Cola, en River Plate. “La final fue ante la Selección de La Rioja. Ganó San Lorenzo 4 a 1. Ellos tenían un 10 muy famoso que se llamaba Mario Butteller”, nos recordó Juan Carlos Ferrari, delegado de aquel equipo y que aún continúa con esas funciones en el fútbol juvenil de San Lorenzo. Russo, quien jugó algunos minutos en ese equipo campeón, compartió la gloria con compañeros como Rojo, Balbi y Schuin; De Cicco, Iglesias y Montone; Moreyra, Greco, Premici, Mulet y Castellano. Lo completaban Cáceres, Piedemonte, De Paoli, Omar Rossi, el hijo de “Coco” Rossi. “Fue una etapa muy linda de mi vida porque jugué al fútbol, que era lo único que quería”, recordó el flamante entrenador azulgrana que, según contaron algunos de sus ex compañeros, era un cinco que se destacaba por su remate de media y larga distancia. Ese gran equipo estuvo 90 partidos sin perder, desde Novena a Octava. Cuando ya estaban en esta división, Racing le quitó el invicto en su cancha. San Lorenzo ganaba 3 a 1, pero la Academia se impuso 4 a 3. Con ojos tan brillosos como perdidos, Russo comenzó a narrarle a Mundo Azulgrana su vieja etapa en Boedo, aquella que lo tuvo desde 1968 hasta mediados de 1971, cuando se fue junto a otros chicos con el técnico de aquel entonces, Carlos Román, quien había discutido con Francisco Angotti, por entonces responsable del Fútbol Amateur. -Más allá de este torneo, ¿qué recuerdos tenés de tu infancia en San Lorenzo? -Es una época que pone a la gente muy nostálgica, por el viejo Gasómetro, el gimnasio General San Martín, la pista de hockey, el café de enfrente… Me acuerdo cuando jugábamos al baby a la vuelta de la Intendencia. Fue una etapa muy linda de mi vida; San Lorenzo, a niveles organizados, fue mi primer club. Ahí no las pasábamos de la mañana hasta la noche. - ¿Es cierto que te ibas caminando desde tu casa en Lanús hasta el club? - No siempre, pero muchas veces sí. De Villa Diamante llegaba hasta Puente Alsina, agarraba avenida La Plata e iba hasta el Gasómetro. Era algo normal, aunque mi vieja mucho no me dejaba. En esa época los papás no querían que los hijos jugáramos al fútbol, sino que estudiemos. Hoy es al revés… A pesar de haberse ido joven del Ciclón, Russo no olvida a dirigentes y encargados del fútbol juvenil que lo mimaron en aquella época. “Fue mucha gente la que estuvo conmigo en ese momento, como el papá de Juan Carlos Ferrari, (Ernesto) Duchini, (Osvaldo) Valiño, Toto Berg”, enumeró. - ¿Se pueden rescatar cosas de aquella etapa para plasmarlas en el fútbol actual? - No, cambió todo. Ahora es distinto, diverso. La sociedad era diferente; uno iba a la puerta de la popular, pedías que te dejen pasar y te hacían entrar. Hoy no pasa eso. La vida era distinta en la Argentina. - Hablame del Gasómetro. - Para cualquiera era un templo del fútbol argentino. Me acuerdo de subir a la tribuna y ver lo grande que parecía todo eso. Yo me ilusionaba por si algún día iba a estar ahí adentro. Cuando cerró me dolió, al igual que cuando cerraron la cancha de Estudiantes. -¿Te hubiese gustado jugar en la Primera de San Lorenzo? - No se dio. Me tocó otro destino y no me quejo. Estudiantes fue mi casa. - Igualmente después tuviste la posibilidad de jugar ahí, pero con Estudiantes. - (Interrumpe) Sí, pero cuando estaba en las infantiles de San Lorenzo nos tocaba jugar en los entretiempos de la Reserva y la Primera. En el túnel del Gasómetro nos parábamos contra la pared y nosotros nos poníamos en el medio. Era increíble ver a los jugadores. Que te toque la cabeza Victorio (Cocco), el Bambino (Veira), Rendo, Telch… Al no haber tanta televisión, era la única forma de verlos de cerca. Eran mis ídolos. - ¿Cómo fue jugar en ese templo? - En San Lorenzo siempre se jugaba a cancha llena. Cuando jugábamos en los entretiempos nos asombraba jugar ante 40.000 personas, como había cada vez que se abría el Gasómetro. Después nos íbamos a ver los partidos a la platea baja. No me olvido nunca de eso. Después de 37 años, Russo volvió a San Lorenzo, a otro San Lorenzo. Lamentablemente no podrá dirigir en el Gasómetro de avenida La Plata, aunque su regreso, fue igual que aquella partida: con un título bajo el brazo. [url=http://www.noterosdigitales.com/]PARTE DE LA NOTA (Video) Entrevista: Román Perroni roman@mundoazulgrana.com.ar

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