Sin resto

A pesar de las adversidades, San Lorenzo dejó todo lo que tuvo a su alcance pero no resistió físicamente la descansada ofensiva de Boca, que ganó 3 a 1 en un clásico que no tuvo grandes polémicas. Se perdió en la cancha, pero también en los escritorios.

BUENOS AIRES- Cuando San Lorenzo empató gracias al derechazo de Solari y el error del arquero Muñoz, muchos creímos e intuimos una remontada de las características del 8M. Pero no, nada de ello ocurrió. La jornada estaba torcida y gran parte de lo que ocurrió en la primera parte daba muestras de ello. La lesión de Silvera junto con Forlín (claramente perjudicó más al Ciclón), el desgarro del reemplazante Chávez a los cinco minutos de su ingreso y, el gol en el descuento de Viatri, mostraban un partido adverso, sin fortuna. Y ahí se empezó a resaltar el rol de San Lorenzo en este triangular. Cansado, sobre todo en jugadores que quisieron poner todo pero se los notó agotados, caso Bergessio y Barrientos, el equipo intentó un último esfuerzo para ir en busca del empate. Lo logró. El arquero de Boca mostró su inexperiencia y San Lorenzo por un ratito festejó. Pero las piernas no daban para más y el rival, descansado, le hizo sentir el calor de la tarde al Ciclón. Es inútil hacer un análisis deportivo de este encuentro cuando el contexto lo supera claramente. Y más inútil hacerlo ahora desde estas líneas cuando desde que apenas se conoció el fixture del triangular, Mundo Azulgrana se opuso al mismo y criticó el pasivo rol de los dirigentes de San Lorenzo, que no pudieron enfrentarse a los requerimientos de Boca. Es cierto que para una final no hay cansancio que valga, pero también es cierto que en esta recta terminante del campeonato los futbolistas, luego de algunas tormentas durante el torneo, dejaron todo lo que tuvieron a su alcance. Boca lo ganó bien y Baldassi no influyó directamente en el resultado, aunque su labor dista de haber sido buena. San Lorenzo perdió otro campeonato por falta de peso y criterio en algunos tramos del mismo por el cuerpo técnico. Desde aquellos defensivos cambios con Newells cuando la victoria parecía cocinada hasta el autismo dirigencial para dejar que los jugadores jueguen tres encuentros en seis días y, justo el último y definitorio, ante el rival más descansado, más mimado y que pertenece a un régimen que San Lorenzo debe urgentemente apartarse. No se puede depender más de la televisión y menos se debe ser funcional a la Asociación del Fútbol Argentino. Hoy San Lorenzo perdió una final porque le faltó esa rebeldía que lo caracterizó en la mayoría de sus cien años. Con ese poder que mostraron para sacar la bandera de la vuelta a Boedo, debieron plantarse ante un bolillero fantasma que jamás existió. El día que la gente reaccione con la misma furia que manifiesta para sacar una entrada por un sistema que burla su pasión, y deje de ver bien o mal las cosas por si la pelota entra o no, San Lorenzo dejará de ser una colonia que vive de las migas de la televisión y volverá a ser una institución fuerte que se le plante a cualquiera, dentro del campo de juego y fuera del mismo también. De lo contrario, el club dependerá de la buena fortuna de un Ramón Díaz.

Mundo Azulgrana

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Sitio web y programa de radio dedicado al Club Atlético San Lorenzo de Almagro

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