Historia


Muchos señalan que la historia de San Lorenzo es la más rica y sentida entre los clubes de la Argentina. La institución, como sus diferentes disciplinas, potenciadas en el fútbol, ha pasado por todos los estados posible. Capaz de generar logros y records deportivos a gran escala como caer en la penumbra con la real posibilidad de desaparecer. Pero San Lorenzo cuenta con un patrimonio que le da vida hasta en la muerte: su gente.

Fundado el 1 de abril 1908, la entidad que nació en Almagro, creció en Boedo y actualmente se encuentra en lo que se conoce como el bajo Flores, cuenta con un sinfín de éxitos deportivos a nivel nacional e internacional. A su vez, fue un espacio que también supo brindar diferentes actividades sociales y culturales, sobre todo en el período que permaneció en avenida La Plata al 1700.

Originariamente, un grupo de purretes que transitaba por las calles del barrio de Almagro y, con frecuencia jugaban al fútbol, decidieron organizarse para formar un equipo que pueda jugar el torneo oficial. Ante los peligros de la calle (un chico casi es atropellado por un tranvía), el cura salesiano, Lorenzo Massa, los invitó al Oratorio San Antonio para que puedan jugar en esas instalaciones, a cambio de que ellos asistan a misa todos los domingos.

Este grupo de jóvenes, autodenominados como “Los Forzosos de Almagro”, fueron aconsejados por Lorenzo Massa para que cambien la nomenclatura del equipo. “Centinela de Quito”, “El Almagreño”, “Río de la Plata” eran algunas de las propuestas para el nombre de la flamante institución. Finalmente, el elegido fue “Club Atlético San Lorenzo de Almagro”, en homenaje al sacerdote, al santo mártir de la iglesia cristiana y a la batalla que le sirvió al General San Martín en su campaña libertadora de América. La vida y obra del padre Massa lo llevó al cine. Ángel Magaña lo interpretó brillantemente en la película "El cura Lorenzo".

El fútbol fue el puntapié inicial. En 1915 llegó la primera conquista: el ascenso a la Primera División luego de vencer a Honor y Patria 3 a 0 en la final. Por esos tiempos, este deporte era amateur en la Argentina que tenía un arraigo inglés, y que posteriormente empezó a tener un acento más criollo, gracias a la performance de varios equipos porteños y del conurbano bonaerense.

Un año más tarde, en 1916, San Lorenzo inauguró el Gasómetro, un estadio de hierro y madera que pasaría a ser epicentro de grandes acontecimientos deportivos a nivel nacional e internacional. Su excelente ubicación (avenida La Plata al 1700) lo posicionaron como la cancha más convocante para los partidos de fútbol, peleas de boxeo y distintos carnavales.

En 1923 San Lorenzo logró su primer campeonato local. Año siguiente repitió y también obtuvo la Copa Río de la Plata, que la jugaba el campeón argentino con su par uruguayo, por aquel entonces los países con mayor nivel futbolístico a nivel mundial. En 1927, año que el Ciclón estuvo invicto en 47 partidos, alcanzó el título de lo que fue la primera liga unificada, ya que anteriormente había dos competencias paralelas en el fútbol argentino.

Ese período, que se coronaría con otra brillante Copa Río de la Plata en 1928, sirvió para forjar la grandeza azulgrana. Ahí San Lorenzo acumuló una gran cantidad de aficionados, que fueron quienes provocaron junto a los éxitos deportivos la denominación de uno de los grandes del fútbol argentino.

Con los terrenos de avenida La Plata como propios, San Lorenzo se afilió en 1931 a la Asociación Argentina de Fútbol, la primera organización profesional de este deporte en el país. Dos años más tarde, luego de las coronaciones de River y Boca respectivamente, el Ciclón de Boedo se colocaría en la primera colocación de la tabla, en una disputa reñida con Gimnasia y Esgrima La Plata hasta las últimas fechas. En el 36 obtiene la Copa de Honor. Este título le sirvió para jugar la final contra River, ganador de la Copa Campeonato. Los de Nuñez triunfaron en la final por 4 a 2.

Mientras las campañas futbolísticas eran de gran atracción para los simpatizantes, San Lorenzo comenzó a fomentar sus actividades deportivas, sociales y culturales en su privilegiada sede. El atletismo, básquetbol, boxeo y hockey sobre patines eran disciplinas que se sumaban al abanico de ofertas que ofrecía el club. Los logros en estos deportes fueron llegando hasta traspasar las fronteras.

La década del 40 fue espléndida para San Lorenzo. En fútbol tuvo un brillante equipo que más allá de conquistar el título de 1946, marcó un antes y un después en Europa, más precisamente en España, con una gira notable por la madre patria y Portugal. En atletismo fue durante décadas campeón ininterrumpido, marcando todo tipos de record. La coronación máxima llegó en el año 48, cuando Delfo Cabrera, atleta azulgrana, ganó la medalla de Oro en los Juegos Olímpicos de Londres.

El básquetbol, como el hockey sobre patines y natación, también se subió al carro del éxito. Títulos metropolitanos y nacionales fueron algunas de las notorias consagraciones de estas disciplinas, que hasta los años 70, fueron dejando marcas en la rica historia del club y del deporte argentino. Las obras que se realizaron en avenida La Plata, como la del salón San Martín, le dieron a la institución una infraestructura que era de las mejores en Sudamérica, y sirvió para cobijar a grandes deportistas.

En 1959 San Lorenzo volvió a ser campeón por tercera vez. Un equipo que con una delantera fenomenal supo también hacer gala de los grandes campeones que tuvo el club de Boedo. Este lauro, le permitió al Ciclón jugar en la primera edición de la Copa Libertadores. En 1960 San Lorenzo quedó eliminado con Peñarol de Montevideo en Semifinales. Una polémica resolución por parte de las autoridades azulgranas para sortear el partido decisivo (habían empatado en la ida y la vuelta, y se necesitaba un encuentro más), que optaron por jugarlo en Uruguay en lugar de ir a una cancha neutral.

En los 60, tras la aparición de varios jóvenes atrevidos que se divertían en el campo de juego, a los que se conoció como “Los Carasucias”, llegó un equipo formidable: “Los Matadores”. En 1968, este equipo se coronó campeón invicto, algo inédito hasta ese entonces para el fútbol profesional en la Argentina. Mientras tanto, el básquetbol era el equipo más ganador y San Lorenzo brillaba por sus frecuentes carnavales como shows musicales en el Gasómetro. Santana, Sandro y Serrat fueron algunos de los artistas que endulzaron los tablones de avenida La Plata.

Posteriormente, la década del 70 se divide en dos etapas. La primera con un alto grado de nivel futbolístico. Tres títulos en cuatro años avalan el buen momento deportivo azulgrana. En 1972, y por primera vez en la historia del fútbol local, un elenco gana los dos mismos campeonatos en el mismo año. San Lorenzo obtuvo el Metropolitano y el Nacional. Éste último, nuevamente en forma invicta. Dos años más tarde, el Ciclón volvía a conquistar otro certamen, también Nacional.

Los últimos años de esta década se caracterizaron por los problemas políticos y económicos. En San Lorenzo se venía hablando desde hace varios años acerca de la posibilidad de abandonar avenida La Plata para continuar con el proyecto de club en los terrenos del ex Parque Almirante Brown, hoy Ciudad Deportiva. Los resultados futbolísticos fueron decayendo y la crisis institucional puso al club en jaque: en 1979 se jugó el último partido en el Gasómetro (0 a 0 con Boca) y, dos años más tarde, el primer equipo perdió la categoría. Era la primera vez que un grande descendía a la segunda división.

Sin estadio (hasta ese momento clausurado) y con todas las disciplinas en plena decadencia, San Lorenzo jugó el torneo de Primera B en 1982, desatando un fenómeno social sin precedentes: el equipo fue acompañado por una multitud a lo largo de las 42 fechas, y logró algo magnífico: el Ciclón fue el equipo que más entradas vendió ese año, superando inclusive a todos los elencos de la A. Salvo en cuatro fechas, San Lorenzo sacó a todos los rivales de sus canchas y ganó el torneo de punta a punta. En 1983, ya en Primera nuevamente, quedó segundo, a un punto de Independiente.

Los años ochenta no fueron fáciles para San Lorenzo. El Gasómetro ya era un magnífico recuerdo (en su lugar se instaló un hipermercado francés) y los diferentes equipos del Ciclón deambulaban por varias canchas porteñas, como Ferro, Vélez, Huracán, Atlanta y Boca. Fueron 14 años de peregrinación absoluta, y San Lorenzo en aquellos años no pudo conquistar ningún título, salvo algunas liguillas pre Libertadores. En tanto, muchos deportes desaparecieron y otros fueron guardados en el baúl hasta nuevo aviso.

Luego de buenas campañas, donde los hinchas se enamoraron de un equipo llamado “Los Camboyanos”, que por su entrega a cambio de nada (no tenían ni agua para bañarse), la prioridad en el club fue la construcción del estadio en la Ciudad Deportiva. Así, en diciembre de 1993 llegó el Pedro Bidegain, popularmente conocido como Nuevo Gasómetro. Después de casi quince años sin cancha, San Lorenzo volvió a ser local en su propia casa.

En 1995, tras una sequía de 21 años sin éxitos futbolísticos, San Lorenzo ganó el torneo Clausura, tras una memorable coronación en Rosario. Mientras tanto, en el club se realizaron algunas obras de envergadura como el nuevo Salón San Martín multiuso, para básquetbol, vóley, futsal y patín artístico.

La década de 2000 arrancó como un Ciclón. En 2001, San Lorenzo fue el primer campeón del milenio. Un equipo record ganó el Clausura en la primera mitad del año y la Copa Mercosur en el segundo semestre. En 2002 llegó otro éxito internacional: la Copa Sudamericana, en su primera edición. Después de algunos sobresaltos, en 2007, el Ciclón gana su décimo título local. Otro Clausura para las vitrinas del Ciclón.

En el orden institucional San Lorenzo dio varios pasos importantes en lo que se refiere a la vuelta a Boedo. Entre 2007 y 2010 se fueron adquiriendo algunos inmuebles en la zona donde estuvo el Gasómetro. El espacio más notorio fue el de la plaza Lorenzo Massa, ubicada en la intersección de las calles José Mármol y Salcedo. Son 4.501 metros cuadrado que fueron un trece por ciento de lo que era la vieja cancha del Ciclón. El predio se recuperó tras una ley que estableció una reparación histórica con la entidad azulgrana, que perdió justamente estos terrenos durante el último gobierno de facto de la Argentina.

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