Golpes centrales

San Lorenzo comenzó dominando, pero con el correr de los minutos se fue desinflando y terminó goleado, mostrando una pálida actuación. A siete fechas del final, el Apertura es casi una utopía.

El Ciclón no dio respuestas y llegó a su cuarta derrota en el Apertura. (Foto: Fotobaires)

El Ciclón no dio respuestas y llegó a su cuarta derrota en el Apertura. (Foto: Fotobaires)

El resultado es contundente y no deja lugar a las dudas, Huracán fue más, pero tampoco mereció tanto premio.


Los primeros minutos del partido vieron a un Ciclón tranquilo, que manejaba la pelota y la movía, intentando encontrar el espacio para lastimar.


El local se armó con dos líneas de cuatro en el fondo para esperar, algo que complicó a su archirival.


Los de Ramón dominaban, pero no podían doblegar ese cerrojo.


Sin embargo hubo algo que marcó rotundamente un quiebre en el partido: el primer gol del Globo, luego de una jugada preparada en la semana, Quintana no perdonó y definió por entre las piernas de Migliore que nada pudo hacer ante su media vuelta en el área.


El golpe fue tan duro, que los siguientes minutos vieron a un Huracán saliendo más de contra y con algo más de claridad. San Lorenzo sintió el impacto y se lo vio perdido en el campo.


Los de arriba se encontraban muy solos, Rivero lograba algún que otro desborde por la derecha, que luego terminaba sin peligro. Aureliano también intentó por el otro costado, pudo ser ese buscapiés que tiró cerquita del final de la primera etapa, pero Balsas no tuvo una buena tarde y no llegó.


En la madrugada del complemento, otra vez mojó Huracán, tras otro centro y nuevamente un central, Facundo Quiroga, definió de volea luego de que se la bajasen de cabeza.


Sin dudas que quedaban en evidencia los desacoples defensivos del Ciclón, está claro que la línea de tres no ofrece garantías.


La confirmación de la desatención en la última línea llegó en el minuto 26, Aguirre cometió un penal evitable y el uruguayo Rodríguez no perdonó.


A partir de ahí, y con el resultado asegurado, los de Brindisi se refugiaron completamente en su campo a cuidar la ventaja.


San Lorenzo fue con lo que tenía y con mucho orgullo deportivo, en busca del descuento.


Rovira mostró frescura en ataque, pero sin éxito, pudo ser en esa del final que devolvió el palo, pero la suerte ya estaba echada.


El Pipi tampoco pudo hacer demasiado…el balance general es malo, la defensa hizo agua, el mediocampo apenas gravitó, y los delanteros ya no la meten.


Los números hablan sólos y son contundentes, de los últimos cinco partidos, sólo se convirtió en uno sólo (la fecha pasada).


La campaña se tornó bastante irregular, muy distinto al arranque prometedor que se mostró en las primeras fechas.


Además del plus que de por sí tiene un clásico, era la gran chance de descontarle puntos a Estudiantes y acercarse nuevamente a la pelea por la punta.

 

Un dolor central…   

Martín Jorge Pellice

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Staff: Cobertura Fútbol Profesional Profesión: Periodista (Instituto Superior de Crónica)

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