A escribir la historia

El que piense que una historia está escrita antes de ser vivida es un cómodo, un conformista o un ignorante. El que tenga ganas de escribir una historia deberá tener en cuenta que esto será imposible sin que medie esfuerzo, dedicación, constancia, convencimiento, compañerismo, y tantas virtudes más que debe tener un luchador. El que piense que la historia de San Lorenzo en Av. La Plata es un libro escrito y con el final impuesto hace más de treinta años, está equivocado.

El hincha de San Lorenzo y el barrio de Boedo siempre se caracterizaron por ser ingeniosos, luchadores, rebeldes y hasta casi anárquicos. Lo que lo llevó a que cada uno de sus logros fue sin ser factor de poder de ningún gobierno de turno.

La historia moderna de nuestro Club en el barrio de Boedo comenzó a escribirse hace unos años. Al principio todos decían que era una locura pensar en una vuelta, pero ahí empezó a tallar el coraje y el convencimiento de los primeros luchadores, que de a poco (muy de a poco al principio) comenzaron el camino. Con el correr de los meses y los años, esos luchadores se fueron multiplicando.

Paradojicamente, la primera en sumarse a la lucha fue la generación que a mediados de la década pasada tenía menos de 20. Chicos que nunca vieron el Gasómetro fueron los que le hicieron el aguante a la propuesta y estuvieron en cada una de las caravanas y en las movilizaciones a la Legislatura Porteña.

Hoy el reclamo de la Vuelta es el de miles de Cuervos. No es un reclamo con interéses económicos, ni gremial, ni sectorial: es un reclamo de JUSTICIA. Se pide Justicia, por el desarraigo, por el exilio, por el desmantelamiento institucional, por el habernos sacado la casa.

La marcha a la Legislatura debe convertir a la Vuelta en un tema de interés nacional con la instalación definitiva en la agenda política y mediática, pero además debe ser el motor de la recuperación institucional de nuestro querido Club a través de la participación masiva y activa de socios e hinchas en la vida institucional.

Esta debe ser una lucha seria, pero encarada con la alegría que solo los Cuervos podemos darle a estas situaciones. El 12 debe ser una jornada de alegría en el Centro porteño y en cada lugar del mundo donde haya un corazón que late por la azulgrana. Esta alegría la tenemos que demostrar. Los que puedan ir a la Legislatura lo deben hacer, pero los que vivan lejos de Buenos Aires se deben juntar en una plaza con una bandera y sacar fotos para que podamos armar al día siguiente un mapa mundial de esta gran comunión azulgrana.

Estamos ante el partido más importante de nuestra historia, una historia que depende de nosotros, y sabemos muy bien que para los Cuervos no hay nada imposible.