En el llano, goleada con altura

0 metros sobre el nivel del mar. Pero las tribunas del Nuevo Gasómetro parecían estar cerca del cielo. O al menos ahí se sentían las 40 mil almas que acompañaron a San Lorenzo, porque el equipo se despachó con una goleada 5-0, que no estaba en los planes de nadie, y consiguió un resultado ideal para definir la serie de semifinal el miércoles próximo en la altura de La Paz.

El parate mundialista marcó un quiebre. Una Copa en la que los hombres de Edgardo Bauza habían sufrido por demás, con resultados ajustados y definiciones vibrantes en cada una de las rondas. Y esta vez, el camino hacia la victoria se abrió no bien había comenzado el juego, con un gol de Mauro Matos a los 5 minutos. Cabezazo letal tras la ejecución de Leandro Romagnoli en un tiro libre desde el sector izquierdo.

Un gol tempranero que no abrumó a los Cuervos, por ese momento ya acercándose a las nubes, plenos de alegría y alivio a la vez. La tranquilidad jugó para el equipo local y el nerviosismo se alineó para el visitante, que poco pudo resistir, de ahí en más, a los avances de San Lorenzo. De mitad de cancha para adelante, todos se animaban a encarar, a hacer ese enganche de más. Y que les salga bien.

Similar ocasión, pero desde el otro costado, Leandro Romagnoli envió la pelota al área y Emmanuel Mas le dio destino de gol con su cabeza, marcando a los 27 minutos el segundo gol y afirmando aún más para quién sería el resultado en la noche del Bajo Flores.

Tres goles más en el complemento. Para quitarle el factor sanlorencista, esa cuota de sufrimiento que siempre suele aparecer cuando la casaca azul y roja tiene un desafío por delante. Hoy no, hoy San Lorenzo ganó con comodidad, gracias a los tantos de Juan Mercier, Julio Buffarini y un segundo de Emmanuel Mas.

Sin goles de visitante para el Bolívar. Con una diferencia de cinco tantos. La serie que quiere hacerse amiga del Ciclón para fundirse en un abrazo, allá, en los más de 3.600 metros de altura que tiene La Paz. Y que en Boedo paz no haya. Un resultado para festejar y mucho, al menos hasta el próximo miércoles cuando la pelota vuelva a correr.