A la Boca voy

Pasan muchas cosas mientras uno sigue a San Lorenzo. Aquí, la aventura que significó visitar la cancha de los hijos.

El estadio de nuestros hijos

El estadio de nuestros hijos

La llegada a La Boca no fue complicada. El colega Diego Ferro me dejó a tan solo tres cuadras del sector de prensa. Al llegar hice tiempo conversando con Carlos Riera, el responsable de la pensión que tiene el club en Parque Chacabuco. Carlos estaba en compañía de una chica que me presentó, y no era nada más ni nada menos que la novia de Juan Palomino. “Me imagino que estás contenta”, le dije amablemente. En la breve charla aprovechó para tirarme un palito: “Vamos a ver que escriben”. Y está bien, no vaya a ser cosa que matemos al novio en su segundo partido en primera ¿no?

 

Mientras seguía aguardando en prensa, recibo una llamada del gran periodista de San Lorenzo Mario Benigni: “Estoy a dos cuadras”, sentenció. Habrán sido las dos cuadras más largas del mundo porque tardó más de diez minutos en llegar. “Pasamos por la selva”, me dice el colega. Tiró una frase bien bambinezca, pero esto no sería todo.

 

Ya ubicados en nuestro pupitre, tomamos gaseosa y comimos sandmichs de miga provistos por la gente de Prensa de Boca Juniors, que vale decir que nos atendió muy bien. Durante el partido, el bueno de Benigni no tuvo mejor idea que volcar toda la gaseosa. Hizo un completo enchastre.

 

Al conocer el resultado final, y muy fastidioso luego de tener que soportar el cantito de los Bosteros, me dirigí a vestuarios. Al terminar de tomar los testimonios nos decidimos a irnos.

 

En el playón, algunos jugadores se retiraban en sus autos particulares. Uno de ellos era Juan Carlos Menseguez. Benigni se le acerca a la ventanilla y le comenta que el viernes se jugó un partido entre periodistas de San Lorenzo y periodistas de Independiente, y que él vistió la camiseta que el mismo jugador le había regalado. La frase que marcó la noche fue la que salio de la boca de Mario Benigni: “El Rayo fui yo”.

 

Para salir más rápido nos metimos detrás del micro que llevaba al plantel Cuervo. Fue muy gracioso ver como los hinchas de Boca insultaban a los jugadores. Uno que no se quedó atrás fue Damián Martinez, quien les hacia la seña de “cornudos”. Se nota que el juvenil vistió la camiseta desde chico. Yo les hubiera hecho lo mismo, total, a pesar de todo, hijos nuestros morirán.

Ezequiel Rivero

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Staff: Editor Periodístico Profesión: Periodista (Círculo de Periodistas Deportivos)

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